Sintió la necesidad de llamarle.

Sabía que era el peor momento: seguro que le iba a pillar en la calle, donde el ruido de las bocinas y de la muchedumbre complicaría todo.
Y es que por fin había pasado. Un día grande, excepcional, de los que sólo se viven una vez en la vida.
Tenía un único pero: no haber estado juntos.
Cuando por fin se decidió a llamar, su teléfono se le adelantó.
“Hermano, ¿has visto el gol de Iniesta?”
Imagen: «Vigo celebra la Eurocopa» de Contando Estrelas