NOTA: Cualquier parecido de este relato con la realidad sera pura coincidencia, y ademas muy desafortunada para los profesionales de la Educacion Publica.
Los padres de Tomás insistían en recuperar al estúpido de su hijo. Decían que era imposible que hubiera suspendido las Matemáticas; que, cuando su padre le ayudaba con los deberes, Tomás lo entendía todo perfectamente.
Paparruchas. Su hijo era un zoquete y por eso había suspendido. Y cuanto antes lo asumieran, mejor para todos.
Ya era demasiado tarde para cambiar la nota y sacar a Tomás de la jaula.
“Me encantan los nuevos métodos educativos”, pensaba el Profesor mientras se relamía imaginando lo rico que estaría Tomás en pepitoria.
Imagen: «The Waterford School» de Rob Shenk