-Y las azules, las del abuelo. Siempre le encantó ese color.
Podía oír como mi mujer hablaba con mi hijo en su habitación. Se me humedecieron los ojos. Era el nieto favorito de mi difunto padre, por ser el más deseado, y era justo que le brindara un homenaje en su funeral vistiendo una prenda que él había llevado tantas veces.
Mi hijo apareció radiante y con una sonrisa de oreja a oreja. Y con la corbata azul de flores amarillas, la favorita de ambos y la misma que traía mi padre aquel día al recogernos, en vuelo procedente de China.
El día en que nos convertimos en padres.
Image: «Blue Tie tango» de Flickr
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