El último día de vacaciones iba a ser cuando todo estallara.
Ella me lo dijo. Y entonces los caudales de los ríos arrasarían las ciudades a su paso, dejándonos como los únicos habitantes del planeta.
Ella fue quien pronosticó nuestro futuro con un mes de antelación, dejando claro que también deseaba que ocurriera. Que todo estallara, que nuestros labios se tocaran.
Ella me lo dijo. Me prometió que el último día de vacaciones nos daríamos un beso que duraría todo el siguiente curso escolar.
Imaginen mi sorpresa cuando, al despertar esa última mañana, vi que la caravana de sus padres ya no estaba.
Imagen de Andrew Bone