Aquel día de verano de 1945 —siempre según el calendario terrícola— recibimos el último mensaje desde la nave exploratoria:
“Hemos aterrizado en la costa oriental del archipiélago conocido por los humanos como Japón, dispuestos a explorar la ciudad. No se divisa a ningún habitante desde nuestra posición; quizá sea debido al conflicto bélico que reportamos en anteriores transmisiones. Lo único que alcanzamos a ver es un avión llegando desde el oeste, el cual ha soltado un objeto similar a un proyectil que desciende hacia la ciudad”
En ese momento se cortó la comunicación. No volvimos a tener noticias suyas.
Tal vez ese planeta no mereciera tanto la pena.
Imagen: «Bomb» de _Gaspard_