Bucear en el lago que había al lado de la casa. No había otra cosa para ella. Cada tarde se escapaba cuando Papá dormía la siesta.
Allí imaginaba un mundo en el que Papá tenía trabajo y su aliento olía distinto. Un mundo en el que Mamá se atrevía a llamar al Abuelo para que la rescatara. Un mundo en el que, si seguía sacando buenas notas, podría ir a la Universidad. Un mundo en el que su hermanito hubiera llegado a cumplir el mes.
Así pasaba las tardes; buceando e imaginando. Hasta que un día se quedó tanto tiempo debajo del agua que no pudo oír llegar a las ambulancias.
Imagen: «Sheildag Cottage and Rainbow» de Chris Combe
Desde luego no deja indiferente. Buenísimo 😊😊😊
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Genial⚘
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Gracias!!!!!!
Un saludo
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