Pesaban muy poco pero aplastaban sueños, por mucho que él creyera que le elevaban hasta el cielo. Pesaban gramos esas rectas.
Antes, al principio de todo, le hicieron alargar las noches de diversión. Más tarde le ayudaron en reuniones importantes de trabajo. Al final ni siquiera le servían para salir a buscar empleo.
Y en los últimos meses tan sólo le permitían salir de la cama para ir a mirarse al espejo del baño.
Y allí abrir el bote de redondas píldoras que también pesaban poco.
Los círculos definitivos.
Imagen: «Monday coffee» de Daniel Devoti
Qué saben los de los concursos… ; )
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