“Te quiere, mamá”

Sorprendido al ver cómo, de forma inexplicable, esas tres palabras quedaban dibujabas por las nubes que moteaban el límpido cielo de Punta Cana, Pablo salió de la piscina para coger el móvil.
Dejó su daiquiri sobre la mesa en la que reposaba el teléfono y leyó la identidad del llamante en la pantalla.
Papá.
Al descolgar, su padre dijo otras tres palabras: “Hijo, tu madre…”
Y empezó a llorar.
Imagen: «Beach» de kansasphoto