De un certero bocado, le arrebató el pincel con el que había empezado a dibujar su autorretrato. Después destrozó sin piedad el espejo en el que hasta hace poco se reflejaba la cara del pintor. El estrépito de cristales le hizo una herida en la pata izquierda delantera. Continuó desgarrando todos los muebles de la habitación, tan sólo iluminada por unas velas y por la gigantesca luna que le vio aullar desesperado.
Huyó dejando marcadas sus garras en el lienzo que tanta frustración le producía.
Como siempre, había desoído el consejo de su médico. Que no se quedara solo, ni siquiera para pintar, en noches de luna llena.
Imagen:»Full Moon» de rawdonfox