—Los rincones vacíos de la casa, ya desmantelada, tenían humedades y telas de araña debidos probablemente al largo tiempo de abandono. En la azotea, en penumbra desde hacía muchos años, no encontramos ningún tipo de actividad. Como si alguien hubiera borrado la existencia previa. La casi segura causa del colapso, no obstante, hubieron de ser los terribles daños que presentaba la estructura del edificio, del siglo pasado, en la que fueron encontrados restos de corrosión y de calcificaciones malignas imposibles de controlar por el equipo de rescate.
—Joder, Marga, para ser médico forense tienes el verbo muy florido.
Imagen: «Crumbling house» de Timothy Krause
Je…je…je…
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