Con los pies a remojo mientras pescaban, la luna les iluminaba. Y ellos aprovechaban para mirarse de reojo; con disimulo, como si no supieran lo que iba a ocurrir. Como si no quisieran con toda su alma que sucediera.
Giraron sus cabezas y se miraron a los ojos. A lo lejos se oía cómo un coche se acercaba por la carretera cercana, demasiado rápido quizá, rompiendo un poco la paz de la noche que les acogía.
Se besaron por primera vez. Y con tanta pasión que no se dieron cuenta de nada.
Ni del frenazo, ni del tiroteo, ni de la bala perdida.
Imagen: «Bonnie & Clyde 3» de iwantmyownname